sábado, 29 de marzo de 2014

Rico chocolate

           Es viernes, he pedido el día libre en el curro para organizar unos papales en la embajada, algo que tenia pendiente y ya no podía esperar mas, pero según entro en el edificio, menuda sorpresa ¡¡esta abarrotado de gente!!
Me veo toda la mañana esperando en alguna cola de las cuatro que hay abiertas, y cuando me llegue el turno cerrarán la ventanilla para ir a comer, tendré que volver por la tarde y esperar otra vez... ¡uf! Eso me pasa por dejarlo para el último día.
Es la parte negativa de vivir fuera del país, cada cierto tiempo necesitas renovar el papeleo, y la verdad te vuelven loca.
Con resignación me coloco en la fila número 2, detrás de una mujer y su joven acompañante. Ella tendrá alrededor de los 56 y el unos 25, no dejan de hacerse arrumacos, de toquetearse mutuamente y de besarse como dos enamorados.
En la fila de al lado hay un señor de unos 70 años, que no le quita ojo a la pareja de mi lado, y me doy cuenta que ella arrastra a su joven novio hacia el servicio de señoras, y tiene toda la pinta de que van a echar un buen polvo. La mayoría de la gente del edificio se ha dado cuenta, incluso el guarda de la puerta, pero nadie hace ni dice nada.
Y yo tengo una duda ¿debo guardar el sitio para cuando terminen? ¿O que les den y vuelvan a la fila desde atrás? Al fin y al cabo el sexo es una necesidad, como el comer o el dormir ¿o no?

Mientras sigo esperando decido ponerme un poco de música, así la espera será más agradable y mi cuerpo se va entonando para el fin de semana. Un poco de rock y mis pies ya comienzan a moverse al ritmo de la música, es inevitable.
De pronto siento algo a mi espalda, un chico guapísimo me hace señas con la mano, pero con los cascos y la música no le oigo.
-Disculpa, con la música no podía escucharte ¿en que puedo ayudarte?
-Hola, preguntaba que tipo de música escuchas, te he visto mover los pies e incluso tararear una canción y me ha entrado la curiosidad.
-¡OH! Pues es rock, algo de la tierra, de España.
-Si eso me ha parecido, ¿Fito? –me sonríe y me guiña un ojo.
-Si... madre mía ¿tan alto he cantado? –me ocurre a menudo, no puedo evitar tararear a Fito y sin darme cuenta subo el tono.
-jajajaja un poco nada mas, pero tengo buen oído y además soy fan. –me enseña su bonito tatuaje dedicado a una de las canciones de Fito.
-¡Vaya que bonito! ¿Te dedicas a la música?
-No. Soy maestro chocolatero, y estoy aquí por un concurso sobre chocolates.
-¡Vaya! ¿En serio? Me encanta el chocolate en todas sus formas y sabores.
-Tengo un local, en el centro, hacemos pequeñas degustaciones de chocolates ¿te apetece venir?
-Si claro, seria genial. –sonrío de lo contenta que estoy, jamás he ido a una cata de chocolates.
-Pero he de advertirte de algo. –se pone serio.
-¿Que?
-El chocolate es adictivo, y afrodisíaco,  deberías venir acompañada. Tal vez tu chico... –claramente esta ligando y quiere saber si tiene vía libre.
-Bueno seria una posibilidad, solo hay un problema.
-¿Cual? –pregunta con los ojos tan abiertos que parece que se le van a salir de las cuencas.
-Yo no tengo chico.
-Bueno...Tengo una degustación esta tarde ¿vendrás? –de pronto sus bonitos ojos  color miel chispean de alegría al saber de mi soltería.
-Claro, me apetece mucho. ¿Como se llama el local? –pregunto con mi mejor sonrisa.
-Rico chocolate. Lo se, no es original, pero el chocolate es un producto que no necesita una gran publicidad, y menos en este lugar. –me explica algo sonrojado.
-No, esta bien. Explica todo en pocas palabras. ¡Me gusta!
Y sin darme cuenta apenas faltaban un par de personas en la cola. La pareja de enamorados aun no había vuelto a la fila y yo pase el rato charlando con un chico guapo, que además me invito a una cata de chocolates ¡mmm... que delicia!
-Siguiente.-llama la sosa del mostrador.
-Esa soy yo. Entonces luego nos vemos ¿sobre que hora?
-Las siete es buena hora.
-Genial, hasta la tarde. –me muerdo el labio sin darme cuenta, veo la excitación en su cara, nos  miramos con ganas de algo mas, y me doy cuenta que la cita será mas que una degustación de chocolate.

Estoy a punto de salir del edificio, cuando escucho aplausos a mis espaldas, me giro para ver que sucede. Son los tortolitos, acaban de salir del servicio de señoras, ella completamente despeinada y con la falda al revés. El con una gran sonrisa y un cigarrillo entre los dedos. Una amplia sonrisa adorna mi cara, la situación es divertida y excitante.
En veinte minutos llego a casa, y no puedo resistir la tentación de buscar “rico chocolate” en mi portátil. El local esta muy céntrico. Tiene un montón de variedades de chocolate, y las catas suelen ser para grupos muy reducidos, y siempre previa reserva, me siento agradecida por su invitación.
Ring... Ring... Ring suena el teléfono
-¿Si? ¿Quien es?
-Hola guapa ¿preparada para el fin de semana? –es Nacha.
-¡uf! Tengo que contarte algo.
-¿Algo bueno? –le encanta el cotilleo
-¡He ligado Nacha!
-¿Que me dices? ¿Y es guapo?
-Si, muy guapo y muy simpático. Me ha invitado a una degustación de chocolates
-¡Uno de tus vicios favoritos! ¿Es pastelero? –me pregunta
-Maestro chocolatero.
-Mmm... Suena sexy. Ahora solo hace falta que folle bien ¿eh?
-Pero que bruta eres, además solo es una cita para chocolatear jajajaja
-Si, si... espero detalles nena. ¡Pásalo bien! Ya te llamo, un beso cariño.
-jajajaja gracias, un beso, estamos en contacto.

Estoy muy ilusionada con la cita, me he duchado y depilado, por si las moscas, y estoy alisándome el pelo. Faltan un par de horas para las siete, pero quiero darme una vuelta y ver como trabaja, conocer el lugar y ponerle un poquito nervioso jajajaja.
Me he puesto una falda que me sienta genial, con una medias algo tupiditas por el frío, y unos zapatos con tacones discretos. La lencería negra y con bordaditos rojos,  una camisa negra entallada y el abrigo largo. Creo que me he pasado un poco con el perfume, y el maquillaje es muy natural. Me miro en el espejo de la entrada ¡estoy genial!

Aquí el frío de la tarde es helador, así que un chocolatito caliente sienta bien, creo que voy a disfrutar mucho con esta cita.
Le veo tras un mostrador, con una bata blanca y un sombrero muy divertido, la tienda esta llena de gente y veo en el horario colgado en la puerta, que dentro de una hora cerraran las puertas ¿entonces las catas son a puerta cerrada? Vaya que lujo.
Entro. Me saluda. Me sonrojo. Me guiña un ojo y me doy cuenta que me pone mucho. Tal vez sea el aroma del chocolate, que me enciende... pero le miro y no puedo evitar morderme el labio, para provocarle y ver como reacciona. Su expresión es de deseo y eso me excita aun más. Sale del mostrador y se acerca a mí:
-En un momento comenzare a degustarte... quiero decir con el chocolate.
-¡aja! Estoy deseando probarlo... todo. –estoy muy excitada, y no se que pasara esta tarde.-Voy a darme una vuelta por la tienda, si no te importa, quiero mirar.
-Claro, elige unos chocolates, para la cata.
-¿Puedo?
-Estas en tu casa. –y me roza la mano suavemente, elevando así mi excitación. El contacto de su piel contra mi piel ha electrificado mi bello, algo a revoloteado en mi estomago y mi coño esta húmedo por la situación.
Mientras paseo por el local voy eligiendo chocolates, blanco, negro, con almendras, con miel, con naranja... ¡¡me los comería todos!!
La gente va saliendo de la tienda, apenas faltan cinco minutos para el cierre y no parece que nadie este interesado en la cata de esta tarde. Mientras echa el cierre, yo espero con la lista de chocolates que quiero probar.
-Bueno pues ya estamos casi listos para catar.
-¿Pero no hay nadie? –pregunto algo asombrada.
-Si, estamos tú y yo. –me dice mientras se quita el sombrero y la bata.
-Pensé que  estaría lleno de gente deseando hacer una degustación.
-Es lo habitual, si.
-No entiendo.
-Esta cata es solo para ti. –me dice mientras se acerca a mi. –ven, vamos dentro.
Entramos en una cocina enorme, industrial, pero no nos paramos. Me lleva por unas escaleras, subimos. Tras una puerta entramos en un pequeño loft, un gran sofá preside el centro del salón, y unas escaleras hacia arriba llevan a una enorme cama.
-¿Que es este lugar? –estoy algo asustada.
-Vivo aquí. Compre el local y el loft para poder unirlo, y así vivir en el mismo lugar en el que trabajo. Es un lujo que me permite pasar mas tiempo trabajando con mis creaciones chocolateras. A veces, me levanto de madrugada, con alguna idea, con algún sabor, y necesito estar conectado con la cocina para crear, de locos ¿eh?
-No, para nada, eso es pasión por lo que se hace. Tus chocolates están hechos con pasión, con ilusión.
-Es algo que viene de familia... la pasión por el trabajo. ¿Bueno por donde quieres empezar?
-Directo al grano... pues... no se. –se acerca, me agarra por la cintura y me besa. Es un beso suave pero intenso, su lengua juguetea con la mía y sus manos acarician mi cuerpo de arriba abajo. Comienza a desnudarme. Primero me quita la blusa, se recrea con la vista. Sus manos acarician mis pechos, abarcando todo su esplendor. Me baja la falda mientras se agacha y me besa el ombligo. Mi excitación sube como la espuma, pero quiero probar el  chocolate y con el dedo le indico si no lo cataremos:
-Tranquila, que lo probaras. –y me sienta sobre una mesa. Suelta mi sujetador y saborea mis pechos, lamiendo suavemente mis pezones. Me indica que levante el culo para quitarme las braguitas y roza mis labios vaginales con una liguera caricia. Me deja allí sentada y se dirige a un armario, de donde saca un aparato de esos para derretir chocolates, mi cara de asombro le divierte:
-Para derretir el chocolate, es la mejor forma de hacer esto. ¿Y tú? ¿No quieres desvestirme?
-Si, claro, claro... es que estoy algo confundida.
-Sexo con chocolate.
-¿Ah si? Bien, probemos. –ahora lo veo mas claro, chocolate derretido y nuestros cuerpos desnudos, que delicia. Comienzo a desnudarle, primero la camiseta, su cuerpo es fibroso, pero no en exceso. Ahora el pantalón, su verga esta tiesa y me sorprende ver que no lleva nada mas ¡hala, en plan comando!
Esparce un poco de chocolate en mis pechos, no mucho, lo justo para mis pezones, y comienza a lamerlos, primero uno despacio, me besa con el chocolate aun en sus labios y la sensación es brutal. El rico sabor del chocolate y sus jugosos labios. Me gusta el juego y decido probar. Cojo un poco de chocolate y lo esparzo en su cuerpo, le gusta... me chupo los dedos sensualmente y acto seguido comienzo a recorrer su cuerpo con mi lengua ¡me excita mucho la sensación!
Me tumba en la mesa y acaricia mi chocho húmedo por la excitación, acerca sus labios a mi clítoris manchándolo de chocolate caliente. Sus boca succiona todo mi esplendor vaginal y acto seguido me besa, la mezcla  del chocolate con el sabor de mi coño es increíble. Nos miramos a los ojos y siento como me penetra, profundo, chocolateado...
Me aferro a su cuerpo y sigo lamiéndolo, mientras nuestros movimientos de cadera se aceleran. Siento que el placer llega, pero no quiero terminar aun, y le paro sujetándolo con fuerza entre mis piernas:
-Espera, aun no... Por favor.
-No hay prisa... pero también podemos repetir... en cuanto me recupere. –me sonríe mientras saca su verga aun dura, de mi coño chocolateado. Me bajo de la mesa. Cojo un poco de chocolate con la boca y me acerco a su polla. Me la meto en la boca. Saboreo el chocolate mientras me lo como todo... y el esta gozando.
Con una caricia en la frente, me indica que esta a punto y me pide que pare. Me levanto y le beso.
-¿Quieres que terminemos en la cama, o prefieres ir a la bañera? –me pregunta cariñoso.

-La ducha esta bien. Esto es divertido pero muy pringoso. –Y me coge en brazos para llevarme al baño. Enciende el grifo de la ducha, me mete dentro y comienza a lavarme suavemente. Primero los pechos, baja por el abdomen hasta el pubis, una pierna, el trasero y cuando sube de nuevo siento como introduce un dedo dentro de mi, la excitación es extrema y me giro para poder tocarle y sentir su piel desnuda sobre mi cuerpo enjabonado. Los dos frente a frente, mirándonos a los ojos, nos sonreímos, nos besamos, y follamos como locos en la ducha hasta llegar al clímax más excitante, dulce y pringoso de mi vida.
FIN

PD: Para Haydeé, espero que te guste potxola!!


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miércoles, 19 de marzo de 2014

Nota

Como no me han levantado el "castigo" del perfil, he decidido abrir otro. Asi que algun@s tendreis una notificacion para añadirme a vuestros circulos, si os apetece me añadis, de nuevo, y si no, pues no pasa nada. Muchas gracias y perdon por las molestias que esto pueda ocasionar.

martes, 18 de marzo de 2014

Mi mayordomo

Esta es la historia de una rica heredera que se enamoro del chico del servicio, un joven y guapo mayordomo, que trabajaba a las órdenes del rey Francisco Alberto Martineche de Sinarte, el primer heredero en la línea de sucesión del trono de Sinarte, hijo de rey Alberto Enrique Martineche.
Zaraida, la futura heredera del trono de Sinarte, era una joven de belleza extrema, su eterna sonrisa, su dulce y tierna mirada, y su gran corazón, hacían de ella la perfecta esposa, madre y heredera de un pequeño pueblo, donde sus habitantes vivían felizmente, ya que su rey era bondadoso y amable con sus súbditos. No era así con la reina, una mujer de armas tomar, que llego al trono con sus armas de mujer, artimañas y zorrerias de una mujer de campo, hija única y caprichosa. La reina era la madrastra de la bella Zaraida, su madre biológica los abandono por un joven y apuesto marques, con quien vivía a 300 km de allí.
El rey tenia previsto casar a su bella hija con el príncipe Enrique José de Doinorla, heredero del pequeño pueblo de al lado, haciendo así que ambos pueblos se unan para formar uno solo, y los dos herederos serian los reyes de Doinorla y Sinarte, algo que desde hace años llevan buscando ambas familias.
Pero la preciosa Zaraida no estaría conforme. Ella quería casarse por amor y no por interés, algo de lo que sus padres no querrían oír hablar.


Una mañana, mientras la bella Zaraida leía una de sus novelas románticas en el jardín, el joven Andrés, mayordomo y hombre de confianza del rey, limpiaba la bonita fuente que adornaba aquel enorme jardín.
-Andrés ¿tu crees en el amor verdadero, el amor como el de mis novelas? –pregunto inocentemente Zaraida.
-Yo, su majestad, no puedo opinar sobre cosas que no se.
-¿No sabes lo que es el amor Andrés? Y no me llames así, sabes que no me gusta –insistió ella.
-Señorita yo se lo que es el amor, pero no se como son sus novelas. –contesto el joven.
-¿Acaso no te gusta leer?
-Señorita yo no se leer. –se avergonzó.
-¿Como? Pero eso no se puede consentir. ¿Quieres aprender?
-Si me gustaría señorita, pero mis padres no pueden permitirse pagar la escuela, somos 10 hermanos, yo soy el pequeño y no llega el dinero.
-Yo te enseñare Andrés. Vamos ven, siéntate a mi lado.
-No puedo señorita, tengo mucho que hacer aun, y no me esta permitido sentarme con usted.
-No digas tonterías, por que no puedes sentarte a mi lado. Ahora mismo hablo con mi padre y veras que nos da permiso.
Y muy decidida a ayudar al joven Andrés, se dirigió hacia la casa, donde su padre el rey Francisco, estaba reunido con sus compañeros de caza, y charlaban animadamente:
-Y dice usted su majestad, que el sábado estará todo listo, pero y su esposa la reina ¿esta de acuerdo? Recuerde al ultima vez, casi nos dispara a todos. –reían todos.
-Oh, claro que me acuerdo mi buen amigo, pero esta vez no protestara, ella se va de caza también.
-¿Como? ¿Vendrá con nosotros? Pero eso es inaceptable.
-jajajaja no tranquilos, ella va de caza a la ciudad. Ya sabéis a comprar trapitos. –explico su majestad cuando de pronto su bella hija apareció en el salón.
-¡¡Papa!! ¡¡Papa!! Necesito hablar contigo.
-Cariño, ahora estoy ocupado, dentro de un rato hablamos.
-Pero papa, es importante, por favor. –suplico.
-Esta bien, veamos que es eso tan importante.
-Pero papa, en privado.
-¡uy! Usted perdone majestad. –se burlo el rey. –Me disculpáis un momento, la futura reina necesita a su viejo padre.
-Claro majestad, adelante.
La preciosa Zaraida agarro a su padre del brazo y le arrastro hacia el jardín, donde el joven Andrés trabajaba en la limpieza de la fuente.
-Mira papa, se trata de Andrés.
-¿Andrés? ¿Que ha ocurrido, se encuentra bien?
-Si esta bien, pero ¿tu sabias que no sabe leer? ¿Sabias que sus papas no pueden enviarle a un colegio y por eso no sabe leer? Eso no se puede consentir papa, tú siempre me has dicho que leer es cultura. ¿Como va a culturizarse alguien si no sabe leer?
-Si es cierto cariño, leer es importante, pero Andrés es un mayordomo, no necesita leer para trabajar, al menos no de momento.
-No papa, el es una persona ante todo y yo quiero enseñarle. Por favor papa, déjame que enseñe a Andrés a leer. –la bella Zaraida suplico a su padre.
-Pero cariño...
-Por favor, te lo suplico padre, déjame que le enseñe.
-Esta bien, una hora al día, durante la siesta de tu madre, pero que no se entere nadie, me oyes.
-¡Ay! Gracias papa, eres el mejor, te quiero.


Y así comenzó la joven princesa a enseñar a su guapo discípulo, una hora cada día, durante la siesta de la madrastra. El joven aprendía rápido, sus ganas de aprender le llevaron a saber escribir, leer, sumar, restar... la princesa enseño al joven Andrés casi tanto como ella sabia, y durante sus encuentros intelectuales descubrieron la gran atracción que había entre ellos. Pronto se dejaron llevar por la pasión, y muchas noches ambos se escapan de sus habitaciones para encontrarse en el viejo pajar, sus castos besos en la mejilla se convirtieron en auténticos polvazos de escándalo, orgasmos infinitos y mamadas profundas.
-Mi bello chocho loco, estoy locamente enamorado de ti, y mañana tu padre te presentara oficialmente como prometida de ese loco Enrique José... y yo me muero de amor por ti.
-Lo se mi vida, nuestro pequeño secreto se ha convertido en un profundo amor, yo no quiero casarme con ese hombre, pero mi padre... ¿y si hablo con el? ¿Y si le cuento que te amo, que nos amamos?
-NO, me mataría, nos mataría a los dos. Creo que debería retirarme, marcharme lejos y olvidar que tú existes, que hayas existido alguna vez, por que si te casas con ese hombre yo no podré soportarlo, no soportare ver como le besas, como le tocas... lo siento pero hoy será nuestra última cita.
La pobre Zaraida lloraba desconsolada, ella sabia que su amor prohibido tenia que llegar a su fin, su padre nunca aceptaría semejante matrimonio y le suplico un último momento:
-Por favor, no te vayas sin antes despedirte, no te vayas sin un último momento de amor, de pasión entre los dos, déjame el recuerdo de una última vez.
Y con esas palabras, en el viejo pajar junto a la casa, los dos enamorados se unieron en un profundo beso, sus cuerpos entrelazados echaron chispas de pasión, sin apenas aliento por al intensidad del momento se desnudaron bajo la atenta mirada de la luna llena, testigo mudo de aquel amor, puro y sincero.
Pero lo que no sabían era que la malvada madrastra observaba a lo lejos, desde el gran ventanal de la casa, a hurtadillas, como las viejas tras las cortinas.
Cuando los dos enamorados se juraron amor eterno y se estaban despidiendo para siempre, la malvada madrastra ya había urdido un plan para acabar con ese amor.


Las puertas del pajar se cerraron y un olor intenso a humo se podía percibir desde la casa:
-¡¡¡Fuego!!! ¡¡¡Fuego!!! –se oía desde la casa.
La princesa aterrada por lo que estaba viendo, corrió hacia el pajar donde aun estaba su amado y sin pensarlo un segundo comenzó ha aporrear la puerta y gritando:
-¡¡Andrés!!! ¡¡¡Andrés!!!
Las llamas no eran intensas aun, y de un salto entro en el pajar por una de las ventanas, cegada por la locura de su amor. Su padre llegaba corriendo y horrorizado vio como su única hija se adentraba en una muerte dolorosa y sin remedio.
-¡¡Por dios que alguien saque a mi niña de ahí!! ¿Pero que esta pasando? –el rey pregunto confuso.
-Cariño yo se lo que a pasado, ha sido Andrés yo lo he visto, el ha prendido el pajar.-mintió la madrastra.
-¿Andrés? ¿Y por que haría algo así?
-No papa, no fue el, fue ella. –se oyó tras la humareda negra. –fue tu esposa quien nos encerró en el pajar y prendió fuego, aun sabiendo que nosotros estábamos dentro. –Era la bella Zaraida en brazos de su amado Andrés.
-¿Zaraida? Cariño ¿estas bien? –el rey respiro mas tranquilo al ver a su niña.
-¿Que dices niña descocada? ¿Que coño hacías tu en el pajar con el mayordomo? –se defendió la malvada madrastra.
-Papa, amo a Andrés, y el me ama a mi. Yo se que lo nuestro es un amor prohibido, pero yo no puedo decidir a quien amar. Yo no quiero casarme con Enrique José, ni quiero heredar el reino de Sinarte, eso no me haría feliz. Tú siempre me has dicho que lo importante en la vida es ser feliz, ¿no es así papa?
-Mi vida... ¿por que no me lo contaste? Yo quiero tu felicidad, y si Andrés te hace feliz, yo lo aceptare si así lo deseas. No supe hacer feliz a tu madre, y ella se marcho, no quiero perderte a ti también. Aceptare tu boda con Andrés, pero solo con una condición.
-¿Una condición? –los ojos de la princesa se abrieron cual besugo en el mar.
-Ambos aceptareis heredar el trono de Sinarte, vosotros seréis los nuevos reyes, la nueva estirpe Sinarte.
-¿Como? Aahhh nooo ni hablar, eso no puede ser. Yo te daré un nuevo heredero, yo tengo quien herede el trono y se case con el príncipe Enrique José. –protesto la madrastra.
-¿Tu? Tú ya no tienes voz ni voto en esta familia. ¡¡Deténganla!!! -ordeno el rey.
Y así la bella Zaraida consiguió casarse con el amor de su vida, Andrés el mayordomo, quien le hizo feliz el resto de su vida, y le dio 8 pequeños herederos para el bonito pueblo de Sinarte.

Y colorín colorado este cuento loco se ha acabado.

FIN

pd: Para Z.R.L espero que te guste!!!



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viernes, 14 de marzo de 2014

Historias en la piscina

Son las dos de la madrugada y no puedo dormir, hace un calor infernal y el sudor recorre cada centímetro de mi cuerpo desnudo. Mi bella esposa duerme placidamente ¿como lo hará? Yo soy incapaz de pegar ojo con este calor, y lo único que me apetece es darme una ducha fresca, aunque... ¡también podría bajar a la piscina! Si, es una buena idea, un baño me relajara.
Me levanto de la cama, me pongo unos gayumbos y me dirijo hacia la puerta de salida, pero antes de abrir veo por el ventanal que hay gente en el patio. Unas 4 o 5 personas, en bañador y con alguna copita de más están corriéndose una juerga en la piscina. Me siento junto a la ventana y observo.
Son jóvenes, de unos 25 años, dos chicos y tres chicas, aunque parece un grupo de parejas, no lo se. Entran y salen de la piscina, saltan y ríen y entre tanto los tíos meten mano a diestro y siniestro, pero ellas no protestan y se dejan hacer. Llevan una hora y media coqueteando y tanteando el terreno, y veo que de pronto faltan dos, un tío y la rubia maciza, están en un rincón del patio morreándose y metiéndose mano por debajo de los bañadores. El resto ni se inmuta, aunque la morena de tetas grandes parece enfadada y sin decir ni mu coge una botella de algo y se marcha. La otra pareja parece llevarse bien, están metidos en la piscina, muy cerca el uno del otro, se miran y se sonríen, pero no parece que se atrevan a dar el paso. Mientras mi verga pide marcha, y aunque se que a mi mujer le gustan los polvetes sorpresa, esta noche hace demasiado calor, tal vez en la piscina....
De pronto reina el silencio de nuevo, el grupito de follamigos parece que ha necesitado de algo más que unos morreos, así que es mi oportunidad para relajarme con unos largos en la piscina. Abro la puerta y oigo unas risitas picaronas que parece provienen del piso de arriba:
-jijiji ¿estas seguro cariño? que si nos ve alguien me muero de vergüenza.
-Ssshhhttt calla tonta, veras que bien lo pasamos.
Una pareja de unos 40 años bajan las escaleras hacia el patio, les veo pasar por delante de mi puerta y tiene toda la pinta que necesitan algo más que un baño. No dejan de hacerse carantoñas y de hablarse a la oreja como dos recién casados, llevan bañadores y una toalla, pero algo me dice que no lo van a necesitar.
Se meten en la piscina, ella comienza una especie de baile erótico, entra y sale del agua enseñando sus pechos, muy bonitos por cierto, y mientras el, no deja de sonreír imaginando lo que sucederá después. Están en la zona donde apenas cubre un metro, ella sobre el, agarrandose a su cuello, bailando juntos mientras se besan y se excitan al ritmo de una música imaginaria.
Apenas llevan 15 minutos dentro del agua y el parece estar preparado para la traca final, con gran destreza saca a su bonita acompañante del agua y la coloca estratégicamente al borde de la piscina, sin quitarle el bañador comienza un cunnilingus que a ella parece que le encanta. Antes de que la mujer culmine la devuelve al agua, donde parece que el introduce su polla erecta y mojada dentro de ella, y en unos minutos los dos están jadeando y antes de que me de cuenta, salen corriendo del agua y sube escaleras arriba hacia su apartamento.
Al parecer alguien más tiene insomnio y todos hemos pensado en la piscina como una vía de escape, y aunque yo solo quería refrescarme, ahora mismo solo me apetece comerme a mi mujer.
-Cariño, vuelve a la cama. –vaya se ha despertado mi bella durmiente.
-Es que no puedo dormir, hace demasiado calor. –tanteo el asunto.
-¿Y mirar por la ventana te dará la solución a tu insomnio? -uy esta no sabe lo que dice.
-Pues al insomnio no se, ¡¡pero me están entrando una ganas locas de follarte!!
-¿Y que te lo impide? –esta quiere guerra.
-Es que me apetece hacerlo en la piscina, como los vecinos.
-¡Ah! ¿pero que están follando en el patio? –se levanta a mirar.
-¡¡Oye, no seas mirona!!
-¡¡Joder y tu, que llevas aquí mas de una hora!! –y como lo sabe la tía.
-¿Que estas vigilándome?
-No, esperándote. –y esa es la palabra mágica que me abre camino hacia el paraíso que esta entre sus piernas.
Miramos los dos hacia la piscina, no hay nadie. Nos miramos y con una sonrisa picarona sabemos lo que queremos. Abrimos la puerta y con gran sigilo bajamos hacia el patio. El agua esta templadita, lo que invita a desnudarse. Mi mujer esta con su tanguita negro de encaje, y aunque me excita mucho su lencería sexy, ahora mismo solo deseo arrancarle la ropa interior y follarle hasta la extenuación.
Se acerca a mi con su cara lasciva, lo que me indica que esta mas que preparada para una sesión salvaje y cachonda de sexo en la piscina. Mientras viene hacia mi, me indica con el dedo índice que bucee hacia su chochito para arrancar su tanga y comenzar nuestro particular baile sexual. Sin rechistar obedezco sus deseos y me introduzco en el agua, la veo preparada con las piernas abiertas y el tanga en la mano. Subo hacia arriba y la veo sonreír:
-¡¡No puedo comerte y respirar al mismo tiempo, estamos en el agua!!
-Lo se tonto, anda ven aquí y hazme el amor como tu sabes.
Y sin decir mas, la penetro suavemente mientras la beso con pasión, sus piernas rodean mi cintura, mis manos se posan en sus nalgas, sus brazos se aferran a mí con fuerza, y noto como su excitación se expande por todo su cuerpo. La llevo hacia el borde, con intención de penetrarla desde atrás y poder acariciar su suave clítoris, y así llevarla al nirvana del placer, pero ella me indica con un gesto de la cabeza que no estamos solos, y con sorpresa, mala leche y un calentón del copon, observo que el vecino del bajo esta de pie en el borde de la piscina, mirándonos fijamente con los brazos en cruz:
-¿Os divertís? –vaya pregunta mas tonta
-¡¡No que va, esto es un sufrimiento de la ostia!! –no te jode el borde este.
-La piscina es comunitaria para bañarse, no para esparcir fluidos sexuales.
-Anda, como que no te mearas tu aquí. Además mis fluidos no van a la piscina, si no a mi mujer, y ella esta encantada ¿verdad amor?
-Bueno aun no hemos terminado, si nos dejas terminar, vecino molesto. –la cachonda de mi mujer se cabrea si le dejan a medias.
-¡¡No tenéis vergüenza!! Voy a poner una queja al presidente de la comunidad.
-Muy bien, pero mientras déjanos follar a gusto. –y mi mujer sale del agua en pelota picada y con un cabreo que me da que no acabara con mi calentón.
Mientras la veo dirigirse hacia las escaleras yo me quedo allí plantado sin saber muy bien que hacer, mi fantasía sexual en el agua se ha chafado, y con el cabreo que lleva mi mujer imagino que se le paso el calentón.
-¿Que, no pensaras dejarme con esto a medias? –me dice señalando con las manos hacia su bonito chochito.
-No, no... En absoluto. –salgo corriendo y con la picha tiesa tras ella. Me espera en la puerta de casa, desnuda y con ganas de seguir jugando. Freno en seco al ver a mi vecina de al lado venir hacia mí, estoy desnudo y empalmado, y ella no deja de mirar mis partes.
-¿Que, no me digas que ya no te apetece? –mi mujer no se ha enterado.
-Hola, buenas noches. Una buena noche para nadar desnudo ¿eh? –mi mujer se sobresalta y se da la vuelta, y entonces la ve.
-Hola... em... si, nadar o lo que surja.
-O lo que nos dejen. –añado yo. Y los tres comenzamos a reírnos.
Entramos dentro del apartamento, y sin llegar a la habitación nuestros cuerpos se necesitan, se atraen como un imán. La situación nos ha excitado tanto, que allí mismo sobre la alfombra del hall hacemos el amor apasionadamente, besándonos con dulzura, sintiendo el calor de nuestros cuerpos.
Antes de volver a la cama decidimos echar un vistazo a la piscina, y para nuestra sorpresa, el vecino molesto que casi nos jode el polvo, esta desnudo y con una mujer dentro del agua.
-¿Le jodemos el polvo? –me dice mi esposa.
-¡¡Que cabrón!! Todo era para usar el la piscina, tendremos que poner un turno matic para follar en ella.
-Lo que faltaba, el sexo no se planea... te sale o no te sale... y punto.
-Este aquí te pillo aquí te mato ha sido brutal.
-Siii... creo que esa piscina seguirá haciendo las delicias de todos los vecinos, incluidos nosotros.

FIN

PD: para U.M, que disfrutes la piscina :p




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lunes, 10 de marzo de 2014

Un asunto sin resolver (capitulo 4)

Estamos tumbados en la gran alfombra que hay en medio de la suite. Una pequeña manta apenas tapa nuestros cuerpos desnudos. Marcos duerme, y yo rememoro mentalmente el momento sexual de hace unas horas.
Me gusta mi nuevo chochete-look, y no puedo evitar tocar mi pequeño felpudo mientras recuerdo como Marcos lo depilaba, con suavidad y destreza.
-¿Que te gusta el nuevo look? –Marcos me ha pillado jugando con mis pelillos pubianos.
-La vedad es que si, siempre pensé que era mas bonito recortadito, pero el quería un pubis peludo...
-Bueno ahora ya no importa, podrás llevarlo como a ti te guste, y si quieres puedo ser yo quien lo haga... ¡fue muy excitante! –parece emocionado.
-¿Quieres repetir? –me asombra su proposición, pensé que un polvo era lo único que le interesaba.
-¿Acaso tu no? Después de 10 años te he vuelto a encontrar y no esperaras que vaya a dejarte ir, así sin más.
-Bueno sin más no, ya hemos tenido sexo...
-Yo quiero más que unas horas de sexo contigo. Llevo 10 años pensando en ti cada día, y me ha costado mucho encontrarte, y a no ser que tú no quieras, yo no pienso dejarlo aquí.
-Marcos yo...
-No, no puedes decirme adiós otra vez –se levanta confundido, desesperado, dolido.
-Marcos no me voy a ir... es solo que no pensé que tu... yo también he pensado en ti durante todos estos años, y el otro día en la tienda, cuando me besaste... hacia tiempo que no sentía eso, las cosquillas en el estomago, el hormigueo en la espalda, las piernas temblar y hoy... –se acerca a mi, me mira con sus bonitos ojos, noto su verga en mi pubis, estamos excitados, noto la humedad de mi chocho.
-¿Te hice temblar con un beso? Eso es más de lo que esperaba de ti. Tú me has hecho temblar a mi hoy, ahora. –me besa, tierno, suave, mimoso. Me sube con suavidad sobre la mesa que hay en el centro de salón, la noto fría en el trasero, pero es excitante. Su verga penetra mi vagina húmeda, siento como resbala dentro de mí, me sujeto con fuerza a su trasero, a su espalda. Besa mis pechos, lame mis pezones, mientras sigue penetrándome, el placer es intenso, pero aun podemos hacer mas... me tumba en la mesa y comienza a recorrer la distancia que hay entre mis pechos y mi pubis con la lengua, suavemente siento como baja el calor de su boca, la humedad de su lengua hasta mi coño, el clítoris ha duplicado su tamaño y mis fluidos vaginales recorren mi trasero... ¡¡estoy extremadamente cachonda!! Sus labios se posan en mi chocho mmm... su lengua recorre mi clítoris mmm... y me penetra con el dedo índice... ¡¡aaaahhhh!! Exploto de placer, es tan intenso que comienzo a temblar del gusto... aun sin terminar siento su verga dura dentro de mi, empuja con gran intensidad y el placer se magnifica... me agarra por el trasero con las manos para cambiar de postura, ahora es el quien esta sobre la mesa y yo sobre el, cabalgando como una amazona...

¡¡nunca me había visto en esta postura!! Y es muy excitante, yo llevo las riendas, aunque es el quien marca los pasos empujándome el trasero con sus grandes manos... y lo noto... su chorro esta entrando en mi coño y sin saber como, consigo otro orgasmo. Exhaustos caemos sobre la mesa los dos, me abraza, acaricia mi mejilla, me besa, y me dice:
-Y así para el resto de nuestras vidas, ¿que te parece?


Continuara...

sábado, 8 de marzo de 2014

Premio Dardos!!!





Tengo el placer de contar que Haydeé me ha entregado este premio, que recojo con mucha emocion. Este premio representa la dedicación, la creatividad y el esfuerzo por mantener un blog, y yo en realidad acabo de llegar, pero me siento como en casa rodeada de gente estupenda que tambien son muy merecedores de un premio como este, y aunque algunos no aceptan premios, y otros ya han sido galardonados, tengo la necesidad de hacer entrega de algo tan bonito ha aquellos blogs que me gustan, me emocionan, me hacen reir o llorar, y que aunque no siempre comente, sigo con mucho entusiasmo y fidelidad:

Fantasias tatuadas
Fantasias y realidades de Haydeé
EL SEÑOR SOMBRIO
Sin reglas
Amando a flor de piel
Misterio y sus gustos
El mundo de Cora
El desvan de Josh
Agua de Lunna
AMOWHOR

martes, 4 de marzo de 2014

Un asunto sin resolver (capitulo 3)

Y ya estoy dentro, y no se lo que esperar de este momento pero estoy muy excitada, nerviosa y algo confusa. Yo quiero, no, yo deseo tener sexo con Marcos, pero hace tanto tiempo, que me asusta la idea de hacerlo mal, de equivocarme con las señales, esas que dicen que hay entre dos personas cuando sienten deseo el uno del otro. ¡¡Ostias!! Y acabo de acordarme...
-Arantxa, te veo nerviosa. No te voy a comer... o a lo mejor si.
-No yo... bueno... hace tanto tiempo que no... Y acabo de darme cuenta que... ¡aahh!
-Jajaja ¿que? ¿no te has depilado? –pues si, eso mismo.
-A mi marido no le gustaba depilado, y aunque me lo recortaba, ahora pues...
-Eso tiene fácil solución. A ver, enséñamelo.
-¿como? – ¿no estará pensando en hacerlo el? ¿No se atreverá?
-Vamos, no seas niña, enséñame el chochito peludo. –y me lo dice con una sonora carcajada, acercándose lentamente hacia mi y haciendo un gesto con las manos, como indicándome que me levante la falda.
-¡¡Joder, que vergüenza!! –me pongo colorada, pero me quito las bragas y me subo la falda.
-No es para tanto. Ven, vamos a llenar la bañera.
-¿Eh? –si, si, lo va a hacer.
-Vamos a ver, yo te invite para terminar lo que dejamos a medias hace 10 años, bueno en realidad para empezarlo. Quiero besarte, tocarte, follarte, lamerte, quiero ver como te excitas, como te corres, me pedirás que no pare, que te coma, querrás comerme tú a mí... pero si no estas preparada, lo entenderé. Yo quiero que te sientas cómoda, quiero que hagas lo que te apetezca, no voy a forzarte, pero como has venido tan pronto, he dado por hecho que...
-Si, yo también quiero sexo, es solo que hace tiempo que no, no he tenido sexo con nadie, mi exmarido fue el único, el nunca tomo las riendas en la cama.
-¿Te incomoda que tome yo las riendas? Puedo dejarme hacer...
-No... Es excitante... esta bien, vamos al baño. –respiro hondo, intento relajarme y dejarme llevar. Mientras le sigo veo que se despoja de la camiseta, su espalda es ancha y musculada, se quita los zapatos y los calcetines y se gira hacia mí:
-Ven, quítamelos tu anda. –me coge de las manos y las pone en su cintura, mientras sus manos van directamente a mi trasero, doy un respingo por la excitación del momento.
Comienza a besar mi cuello, siento sus manos subir por mi espalda, un escalofrío recorre mi cuerpo:
-Mmm... Aun usas el mismo perfume, es embriagador. –me dice mientras hunde su cara en mi pelo y aspira profundamente.
-¿Aun lo recuerdas?
-Si, y mi verga también. –me acerca bruscamente a el, y la siento, dura, grande.
Comienza a desnudarme. La camisa, el sujetador... se recrea en mis pechos, duros, tersos, lame mis pezones con suavidad, los mordisquea... me quita la falda y se queda mirándome, siento pudor al verme completamente expuesta ante un hombre que no veía hace 10 años, pero la excitación es mas poderosa y me lanzo con sus pantalones.
-Espera, vamos con ese pelo primero, creo que nos sentiremos mas cómodos los dos. Ven, siéntate en el borde de la bañera. –me indica con la mano donde colocarme. Veo que coge un bote, parece espuma de afeitar, y una cuchilla. Se quita los pantalones, pero no los calzoncillos y se mete en la bañera.
-Abre las piernas y estate quietita, no tardare, aunque te advierto que esto es muy excitante, al menos para mí. ¡¡¡No respondo de lo que suceda después!!! –y veo su cara de pícaro, mirándome el coño con la cuchilla en una mano y la espuma en la otra. Agita el bote y esparce un buen montón de espuma en todo el pubis y parte de los labios. Con gran destreza y suavidad comienza a depilar mi monte de venus, mientras que con la otra mano siento como acaricia mi clítoris. Apenas unos minutos después, mi bonito coñito esta depiladito, mi clítoris hinchadísimo y mi agujerito vaginal completamente lubricado por los fluidos de mi excitación. Me coge de la cintura y me mete en la bañera, el aun lleva sus calzones puestos, así que sin cortarme ni media se los quito, y ahí esta, una verga dura y grande preparada para penetrarme. Nos besamos mientras nuestros cuerpos se unen bajo el agua, la penetración es profunda, aunque lenta, quiere recrearse en el momento, pero yo no puedo esperar y comienzo un vaivén que me lleva a un orgasmo rápido pero intenso:
-¡¡aahh!! Lo siento... hacia tanto tiempo...
-Sshhtt... Tranquila, habrá mas, mas intensos y mas largos, ahora relájate y déjame hacer.
Me saca de la bañera y comienza a secar mi cuerpo con una toalla caliente, veo que su verga aun esta tiesa y comienzo a acariciarla. Su sorpresa se refleja en su gesto, pero no dice nada y se deja hacer. Veo a través del espejo que le gusta lo que hago, siento como su verga se endurece con cada pasada de mi mano. Me siento en el borde del lavabo con las piernas abiertas, invitándole a entrar de nuevo en mi coño húmedo, y la invitación no se hace esperar, la introduce con suavidad, mientras con sus manos agarra mi culo para hacer la penetración mas profunda. Siento su calor dentro de mi, su intensidad, su envergadura y entonces, me llena, noto su chorro, sus fluidos se esparcen en mi chocho y sus manos aprietan con fuerza mi trasero... me besa mientras mantenemos nuestras miradas.
-Sabía que encontrarte traería mucho placer a mi vida, y no me equivoqué.

Continuara...